Friday, March 27, 2009

Lastimando a los inocentes

Recetas para la Vida
Iliana Berezovsky y Becky Krinsky

Lastimando a los inocentes

No se vale descargar el enojo con otros. El abuso en la familia no tiene perdón.

Nada justifica el maltrato y el abuso de los familiares o las personas cercanas. El estrés ocasionado por problemas económicos, la situación actual o por un carácter impulsivo y temperamental, no es una razón para descargar la angustia o la frustración en seres indefensos.

Oscar, un niño de apenas 5 años, tenía la nariz y los labios hinchados, su mirada sombría y triste, su alma rota. El silencio hermético y su negación a hablar con la trabajadora social, era su modo de esconder su dolor y expresar su miedo.
Lamentablemente, el niño había sido víctima de adultos que no saben manejar sus propias emociones y se vuelven abusivos.

Adela, la mamá de Oscar, sufrió mucho en la relación con su esposo Víctor, un hombre violento y temperamental. Siempre la menospreciaba y reprendía con gritos e incluso a veces llegaba a los empujones y las bofetadas. Uno de los tantos motivos de peleas era el dinero. A Adela le gustaba ir a la tienda y siempre encontraba buenas oportunidades para comprar que no eran indispensables, lo cual provocaba y enfurecía a su marido. Con los tiempos tan difíciles esta situación se agravó aún más. Víctor aprovechaba cualquier incidente por más pequeño que fuera para descargar la tensión que traía del trabajo. Con un tono fuerte y despota la retaba y le reprochaba el hecho que ella estuviera gastando en pequeñas cosas que según él no eran necesarias, tildándola de irresponsable e insensible a la situacion. Cuando su esposo le gritaba, Adela prefería quedarse callada y aguantar, aunque por dentro se resintiera. Más de una vez estas situaciones terminaban con gran violencia.

Un día, al regreso de Víctor del trabajo, Adela le contó que había pasado toda la tarde con el niño en la casa de su hermana. Luego, mientras ella se puso a cocinar, él fue a saludar y a charlar con el pequeño. Inocentemente, Oscar le contó que habían ido a visitar a su tía y luego fueron a la tienda favorita de su mamá, donde compraron un dulce y unos cosméticos.

El hombre se enfureció. Fue a donde estaba Adela y sus gritos se escucharon hasta en los apartamentos de los vecinos. La agarró de los pelos y le exigió que le entregara los cosméticos para devolverlos.
Esa noche, mientras Oscar dormía, Adela entró en su habitación como un torbellino. Lo próximo que el pequeño supo es que se despertó gritando del dolor porque alguien le dio un fuerte golpe en su nariz y en su boca.
Lamentablemente, Adela usó a su propio hijo para descargar su enojo y malestar sin siquiera pensar que no es justo que otros paguen por sus problemas.

Recetas para la vida™

Controlando las emociones

Ingredientes:

3 cucharadas de Responsabilidad
1 barrita de Sensibilidad
1 racimo de Control
3 gotitas de Perspectiva
2 vainas de Respeto

Condimentos:
Sonrisas, paciencia y aprecio

Recomendación: valorar y honrar ayudan a respetar

Modo de preparación:

1. Se necesita mucho valor para reconocer los sentimientos propios. Generalmente las angustias y las agravaciones son un indicativo de problemas más serios. La actitud personal y la madurez son determinantes para poder entender la verdadera fuente.
2. La cocina de la vida siempre tiene problemas y retos que conquistar. Es importante aprender a controlarse y a redirigir el enojo sin buscar un objeto externo o inocente para desahogarse; así se evita lastimar. Nadie es culpable por los problemas de uno.
3. Poder controlar las emociones es una opción personal. Compartir la angustia y los problemas con la familia puede unirla, logrando solidaridad, apoyo y fuerza para seguir adelante.
4. Tener fe y regalar una sonrisa cariñosa mejora la actitud.
Hay pequeñas acciones que ayudan a cambiar el sabor a los platos amargos.

“La familia es el único refugio que se tiene. Si se la destruye, entonces ¿dónde puede uno confortarse?
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Friday, March 20, 2009

Cuanto más se sufre más se merece ¿o no?

Recetas para la Vida
Iliana Berezovsky y Becky Krinsky

Bien se podría decir que el sufrimento por gusto es todo un arte.
Hay personas en este mundo que están acostumbradas a sufrir, a condimentar su vida con dolor, crítica y amargura. Merecer o disfrutar de cosas buenas les es dificil.

Cuando se trata de sufrir podría decirse que Magdalena es una experta. Siempre se las ingenia para encontrar un motivo para sentirse miserable y donde los otros ven el vaso medio lleno, ella siempre lo ve medio vacío.
La familia de su esposo, que vive muy cerca de ella, trata de integrarla y hacerla sentir cómoda, pero Magdalena se concentra en encontrar defectos y todas las razones posibles por la cual no le gusta esta gente. Así que cuando no le queda más remedio que encontrarse con ellos para una reunión o un almuerzo, se asegura de mantenerse a un lado y no abrir la boca. Si su cuñada comenta lo bien que le va a su hija en los estudios, Magdalena está convencida que lo hace con el afán de molestarla y menospreciar a su propia hija, la cual tiene dificultades en la escuela. Si su suegra prepara la comida favorita de sus nietos, ella se ofende, ya que debería saber que sus hijos no comen lo mismo que sus otros nietos, y da miradas despectivas a todos en la mesa.
Cuando fue su cumpleaños, su esposo, Miguel, quiso hacerle una gran fiesta sorpresa. Miguel acababa de atravesar por problemas laborales y juntar el dinero para la celebración no se le hizo fácil. Pero deseaba hacer a su esposa feliz, con lo cual obtuvo el dinero como pudo para que pudieran disfrutar de un lindo festejo junto a sus familiares y amigos.
Llegó el día del cumpleaños y al ver la sorpresa, en vez de tener una sonrisa, la cara de Magdalena se desfiguró de la desilusión. Como una de sus habilidades consiste en buscar compañía que confirme sus razones para sentirse infeliz, se le acercó a su hermana Lucila y le comentó: “¡Ay, hermana, cómo mi esposo va a gastar en algo así con las dificultades que tenemos! ¡Está loco de la cabeza! ¡Y además, esto va a terminar de noche y ya sabes que cuando mi hijo se acuesta tarde, al día siguiente está de mal humor! Además, como fue una sorpresa, yo estoy mal vestida y mal arreglada. Mira, ahí está la víbora de mi cuñada, está sonriendo, pero seguro que vino de mala gana y me va a criticar a mis espaldas.”
“Ay Magdalena” _ respondió Lucila, “tú que tienes tantos problemas y siempre sufres por todo y por todos, mereces hoy darte el lujo de poder disfrutar de la fiesta. Por hoy, no te preocupes de nada y diviértete. Te mereces lo mejor hermanita, ya has pasado demasiado”.
Después de unos instantes de silencio Magdalena contestó: “Tienes razón, hoy me lo merezco. Después de todo lo que hago, mi esposo me debe. Pero si espera que me arroje en sus brazos y le agradezca esta fiesta, está muy equivocado.”
Magdalena sufre porque quiere.


Recetas para la vida™

Sacándole jugo a la vida

Ingredientes:

1 taza de reconocimiento
2 cucharadas de objetividad
1 manojo de ojo noble
1 pizca de humildad
Sencillez y flexibilidad al gusto
3 gotas de asombro


Condimentos:
Sensibilidad, positivismo y optimismo

Precaución: La vida se vive como se percibe.

Modo de Preparación:

1. Cada cocinero es un ser único y valioso. Sin embargo, esa no es razón para exigir nada, la vida no nos debe. Hay que estar agradecidos simplemente por estar vivos.
2. La cocina de la vida es abundante y variada. Es importante aprender a que no todo hay que tomárselo en forma personal. Hay para todos y a todos les toca. Es imposible ser la única estrella que brilla en el mundo.
3. La vida tiene dificultades y éstas también sazonan los platillos. Las recetas no siempre salen como uno quisiera, hay muchas cosas que están fuera de nuestro control. Sin embargo, aun los obstáculos son ingredientes que ayudan a balancear y mejorar muchas de nuestras creaciones.
4. Mantener una perspectiva objetiva añadiéndole flexibilidad ayuda a ajustarse a las condiciones inesperadas. Un buen cocinero entiende las nuevas necesidades y se adapta rápidamente tratando de sacar el mejor provecho de toda situación.


“La vida no tiene solamente dos sopas, sufrir o estar feliz. Hay muchos platillos que se pueden elegir”
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Tuesday, March 17, 2009

Mejor me peleo antes que pedir disculpas

Recetas para la Vida
Becky Krinsky e Iliana Berezovsky

Las discusiones alejan y enfrían todas las relaciones

¡Qué difícil que es disculparse cuando uno se equivoca o simplemente reconocer que ha lastimado sin querer! Pedir una disculpa sincera por más incómodo que sea, aceptar el error cometido y reparar los daños causados, conduce a mejores relaciones, sin tantas complicaciones y sobretodo, sin discusiones innecesarias y justificaciones vanas. La mayoría de los grandes conflictos siempre se generan por un pequeño incidente que no se resolvió adecuadamente.

Hace varias semanas atrás hubo un mal entendido en la familia de Alegra. Sandra, una prima lejana, acusó al hijo de Alegra, Mateo, de haberle pegado a su niño, Nico. Mateo trabaja como líder de un grupo de niños en el que Nico participa y es varios años más grande que él. Sandra se quejó al director del programa sin antes haber investigado lo que sucedió. Si lo hubiera hecho, hubiera descubierto que Nico había fabricado una historia. La acusación precipitada de Sandra perjudicó a Mateo y lo llevó a sentirse muy afligido. Alegra le pidió a su esposo, Julián, que aclarara aquella situación tan desagradable. Julián se juntó con el esposo de Sandra, y sobre una taza de café esclarecieron lo sucedido. Julián comentó que lo correcto hubiera sido hablar con Mateo y averiguar lo que sucedió ya que la acusación en falso dañó la reputación de su hijo y creó complicaciones innecesarias que se podrían haber evitado. El esposo de Sandra se disculpó por haber causado problemas a Mateo y explicó que su esposa es a veces impulsiva y se deja influir fácilmente por comentarios o consejos negativos. Se comprometió a hablar con Sandra y hablarle de lo sucedido. Estaba seguro que inmediatamente ella llamaría para disculparse. Sandra nunca se comunicó pero igualmente, el asunto había quedado aclarado, las familias quedaron tranquilas y supuestamente no había más malos entendidos.

Pasaron algunas semanas, Alegra y Sandra se toparon en el estacionamiento del mercado, se saludaron en un tono amable y después de platicar cortésmente, se pusieron al corriente de todos los eventos, enfermedades y condiciones de ambas familias. Unos minutos antes de despedirse, Alegra le comentó a su prima que esperaba de todo corazón no volver a tener malos entendidos y que si surgiera algo, que por favor le hablara directamente a ella y aclarara la situación.

Sin pensar, con furia y con gritos descabellados, Sandra dijo que ella tiene todo el derecho de escuchar y defender a su pequeño, no tiene por que dudar de él y concluyó diciendo que no deseaba tener más contacto con Alegra ni volver a saber de ella en el futuro. Alegra quedó boquiabierta sin entender esta reacción.

Tan fácil que hubiera sido reconocer el error, pedir una simple disculpa por lo sucedido y terminar el día en paz…

“Cada persona puede elegir entre tomar la responsabilidad por sus acciones o vivir en la discordia”



Recetas para la vida™

Disculpándose

Ingredientes:

1 taza de aceptación
2 cubos de valor
3 vainas de responsabilidad
2 cucharadas de arrepentimiento
1 manojo de sinceridad
1 pizca de consideración

Condimentos:
Ojo noble, gentileza y atención

Modo de preparación:

1. Una verdadera disculpa indica mucho valor. Requiere tomar el primer paso por más penoso y molesto que sea, condimentarlo con la sensibilidad de las emociones y convertirlo en un acto humilde y al mismo tiempo grandioso. Disculparse no es una debilidad.
2. Admitir una disculpa sincera y sin exusas es vital para dar buen sabor. Tomar responsabilidad sobre las acciones propias promueve el arrepentimento genuino, logra una reconciliación positiva y ayuda cocinar con gusto y tranquilidad.
3. Hay que entender el dolor de la persona lastimada. Cada quien tiene una manera distinta de ver las cosas; es importante respetar el tiempo que cada persona necesita para poder aceptar la disculpa por mejor intencionada que ésta sea.


“¿Quién es verdaderamente grande? Aquel que puede aceptar sus errores, toma responsabilidad por sus acciones y logra pedir una disculpa con todo el corazón.”
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Friday, March 6, 2009

Fiesta de Purim


Banquete de Purim en el Shuk Israeli.
El Lunes, 9 de Marzo a las 6:00 p.m. (hora Mexicana)
Habrá Torneo de Backgammon, Poker y Pula, Cena Israeli, Oznei Haman, Lejaim, Musica y más...
En Chabad de Tijuana
Ave. 16 de Septiembre #18,
Col. Gabilondo.

Transporte desde y a la frontera disponible,
solo hablen al (619) 726-4645 para informarse.

Recetas para la Vida

Recetas para la Vida
Becky Krinsky e Iliana Berezovsky

Sin reproches ni resentimientos

¿Por qué es tan difícil dejar ir, vivir en paz y permitir que la vida fluya?
Felices son las personas que pueden terminar una relación y seguir adelante sin nada que reprochar, recordando los gratos momentos que convivió y aprendiendo de sus debilidades. Lamentablemente, la mayoría de las personas no contamos con la fortaleza y la disciplina que esto requiere, así que pasamos nuestra vida torturándonos, lastimándonos y buscando buenas razones para culpar a los demás y justificar nuestros propios errores. Esto no solo se da en cuanto a relaciones personales sino que también se repite en el trabajo y en la vida en general.
Si pudiéramos ser como Benito la vida sería menos complicada, posiblemente hasta tendríamos más tiempo para aprovechar y disfrutar los preciados instantes que la vida nos ofrece.
Benito terminó su noviazgo con Alicia después de una larga relación que duró casi cinco años. La quería mucho, se sentía feliz y hasta se pensaba casar con ella. Lamentablemente con el tiempo, ambos comenzaron a tomar rumbos distintos, los intereses no eran los mismos y lo que en un momento fueron risas y gratas conversaciones se tornaron en grandes silencios y en discusiones sin sentido. Alicia finalmente decidió ponerle fin a la relación. Ella sabía que el amor de Benito hacia ella era muy grande y que había peligro de que al dejarlo, él se deprimiera y decayera. Tenia temor de lo que le pudiera llegar a suceder a Benito, pero a pesar de ello, Alicia necesitaba salir de allí, cortar la relación para poder encontrar su propio camino.
Pasaron varios meses luego de la ruptura cuando repentinamente ambos se encontraron caminando por la calle. Para la sorpresa de Alicia, Benito se veía extraordinariamente bien, más apuesto y radiante que nunca. Alicia sintió un gran alivio y le dijo a Benito lo mucho que la alegraba encontrarlo en este estado. Él le contó que en el momento en que ella lo había dejado, se sintió muy mal y comenzó a extrañarla enormemente. Pero se propuso no dejarse caer aunque le costara salir adelante. Para ello decidió hacer algunos cambios en su vida. Comenzó a ir al gimnasio diariamente, a comer en forma nutritiva, encontró un nuevo trabajo y se apoyó en sus seres queridos. Su sonrisa claramente expresaba que no tenía quejas ni reproches. Había decidido no quedar pegado al enojo, la culpa y la desesperación. Iba a mirar hacia delante y superar la situación sin resentimientos.
Ambos se sonrieron mutuamente, se desearon suerte, se despidieron y continuaron sus respectivos caminos. Benito pensó que para seguir adelante hay que dejar ir; lo que tuvo con Alicia había sido bueno en su momento, pero no fue lo suficientemente fuerte para que perdurara para siempre. Benito se sentía bien, se veía bien y estaba muy tranquilo.
Recetas para la vida™

Dejar ir

Ingredientes:

3 cubos de Aceptación
2 gotas concentradas de Fortaleza
1 manojo de Adaptación
2 cucharadas de Perspectiva
1 racimo de Ganas de vivir
Compasión y perdón según sea necesario

Condimentos:
Generosidad, flexibilidad, simpleza y claridad

Modo de preparación:

1. Hay que saber perder para poder ser un buen ganador. De nada sirve sufrir eternamente por lo que ya pasó y no se puede cambiar. Dejar ir nos permite estar abiertos a nuevas posibilidades, con una mejor disposición y poder ganar más en el futuro.
2. El cocinero que puede dejar ir, cocina sin reproches. Cuando se aprende a separar los ingredientes buenos de aquellos que ya no sirven el cocinero es el más beneficiado, su cocina está siempre limpia, sus platillos huelen sabrosos y tiene más espacio para cocinar.
3. Aceptar la vida tal cual es; el ingrediente básico para poder cocinar con buen sazón. Al ver y aceptar la vida con simpleza y claridad ayuda a utilizar con eficacia los ingredientes con los que se cuenta. A su vez, aumenta la energía positiva en recetas que tienen mayores probabilidades de salir mejor, lo cual hace que el cocinero se sienta más contento con él mismo y con los demás.
4. Hay que valorar y cuidar la vida ya que se va muy rápido. Poderla disfrutar es una condición necesaria para poder cocinar feliz. Cuando se está conciente que el tiempo pasa y no vuelve, se recuerda la importancia de no desperdiciarlo ni a él ni a los ingredientes valiosos.



“La persona que puede dejar ir el pasado, perdonar y perdonarse